Hay algo en el encuentro entre el enebro, la lavanda y el romero que permite que esta fragancia te traslade a un verano en la naturaleza. Para Sommar, la nostalgia de los largos e intermitentes días suaves del verano sueco se mezcla con la sensación del agua en la piel, el aroma de las praderas secas que provocan un efecto de optimismo, y ayudan a reducir la ansiedad y a conseguir un enfoque en el momento presente. En color menta, como los veranos en Sandefjord.

El aroma del invierno es una oda a las épocas más cálidas y, sin embargo, más frías del año. El sándalo intenso, el almizcle blanco y la tradicional flor de saúco arrojan luz para los días más oscuros, por eso para esta colección se eligió el color carbón. Esta potente fragancia y sus notas especiadas evocan ese abrazo cálido y suave que da plenitud. Es sedosa y elegante como la belleza de la oscuridad nórdica, con una sensualidad que apela a todos los sentidos.